Sumergirse en las aguas turbias de la Laguna Azul es una de esas experiencias 100% islandesas que definen unas vacaciones aquí. En esta excursión nocturna, todo, desde el transporte hasta la entrada, está resuelto para usted, así que lo único que necesitará es su traje de baño y un par de horas para relajarse en uno de los entornos más surrealistas de la isla.
Llegará a la Laguna Azul a primera hora de la tarde, donde pasará por la recepción, recogerá su pulsera electrónica y se dirigirá directamente a las cálidas aguas de la laguna. Saldrá al aire helado, pero entre en el agua humeante de 37 grados, y pronto se olvidará de todo en la brumosa penumbra.
Hay una zona de spa, una cascada de masajes, una sauna y un bar de natación en el que se puede tomar una copa de burbujas para disfrutar del agua azul lechosa. Tendrá un par de horas para empaparse de todo antes de que sea hora de cambiarse y volver a Reykjavik.