La cerveza checa ha recibido elogios de importantes críticos de todo el mundo. Se considera que la cerveza sabe mejor cuando está fresca, y no hay mejor manera de experimentarlo que donde se elabora directamente. Estos negocios reabrieron las puertas de estructuras del siglo XVIII y recuperaron las antiguas tradiciones de elaboración de cerveza en Bohemia. Si eres fanático del Barroco y de la cerveza (o simplemente de una de las dos), seguramente disfrutarás de este recorrido por dos de las cervecerías más antiguas de Praga con un experto historiador de la cerveza.
Su primera parada será Břevnovský Klášterní Pivovar, una cervecería del monasterio de los Monjes Negros fundada en 993 y el monasterio masculino más antiguo de Bohemia. Dentro del monasterio se encuentra uno de los mejores ejemplos arquitectónicos del barroco checo, la iglesia de Santa Margarita (construida entre 1708 y 1735). El sótano de este edificio contiene una cripta romana que está considerada una de las estructuras románicas más valiosas. Los monjes elaboraron aquí su cerveza durante 900 años y, aunque el monasterio cerró a finales del siglo XIX, a mediados de 2012 se abrió una nueva cervecería para retomar la tradición. Explora los terrenos restaurados y prueba las cervezas, aprendiendo cómo se elaboran gracias a las personas que las elaboran. Tendrás la opción de tomar un "té con cerveza" en la cervecería o almorzar o cenar en el moderno Klášterní Šenk, que sirve cervezas caseras, conocidas como Benediktin, además de comida increíble.
El recorrido también incluye una visita al Monasterio de Strahov. La Orden fue fundada en 1143 y su biblioteca barroca contiene aproximadamente 200.000 obras; las primeras técnicas de elaboración de cerveza documentadas se remontan a principios del siglo XIV. Una “nueva” cervecería funcionó desde 1628 hasta 1907, y la cervecería y el restaurante actuales se encuentran exactamente en el mismo lugar, continuando con la gran tradición. El monasterio se encuentra en una colina cerca de Praga, lo que ofrece a los visitantes una maravillosa vista de Praga que se puede realzar con una copa (o dos) de la cerveza artesanal monástica de San Norberto, llamada así en honor al santo patrón de la orden.