A las puertas de París, visite el castillo de Vincennes, un bello ejemplo de arquitectura medieval.
El edificio afirma el poder de la monarquía: custodiaba la capital y al mismo tiempo protegía a los reyes contra los levantamientos. Estuvo en el corazón de la monarquía francesa hasta 1682, cuando Luis XIV decidió establecerse en Versalles.
La torre del homenaje sirvió de prisión desde el siglo XVI al XIX: aquí estuvieron recluidos Fouquet, el marqués de Sade y Mirabeau. Bajo Napoleón I se transformó en cuartel y arsenal, y la fortaleza protegió París durante las invasiones del siglo XIX.
Restaurado después de sufrir grandes daños durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo de Vincennes alberga hoy los servicios históricos de las tres fuerzas armadas francesas.