Pase un día disfrutando del paisaje que rodea uno de los lagos más populares de Italia. Pasando por olivares, cipreses y grandes villas, parando en pueblos de colores pastel y disfrutando de un corto viaje en barco por el camino. Las orillas septentrionales del lago de Garda ofrecen montañas espectaculares que se elevan detrás de bonitos pueblos lacustres como Limone y Malcesine.
La primera parada será en Sirmione, considerado el pueblo más bonito del lago. Aquí dispondrá de una hora para impregnarse de su encanto antes de emprender el viaje a Limone. Situado en torno a una bahía de clima excepcionalmente suave, es sin duda uno de los lugares más pintorescos del lago. La ciudad es una joya, llena de carácter y bonitas vistas.
A continuación, nos dirigiremos a Malcesine, en la orilla opuesta. Es un impresionante pueblo medieval coronado por un castillo. Dispondrá de una hora para recorrer sus callejuelas y conocer su historia.