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Las granjas familiares a pequeña escala son parte de la dieta mediterránea por la que Creta es tan famosa. Una familia local te dará la bienvenida a su mitato, una pequeña granja, donde te recibirán con la genuina calidez de la hospitalidad cretense. Escucha la intrigante historia que te contará el granjero sobre el rey Minoas, que vigilaba desde su observatorio y alertaba a los lugareños de la llegada de piratas. Una vez terminados los saludos, asistirás a una clase práctica de elaboración de pan, en la que aprenderás las técnicas del típico pan cretense, hecho con harina de trigo y cebada.
A continuación, te enseñarán cómo se hace el queso con leche de cabra de la granja. Después, tendrás que arremangarte y ponerte manos a la obra para ayudar en las tareas cotidianas de la granja, como dar de comer a las cabras, los cerdos, las gallinas y los conejos, y cuidar de los huertos. La aventura continúa con una búsqueda de caracoles por la ladera de la montaña, exclusiva para los viajeros de National Geographic. No olvides ver bien bajo las rocas y entre los arbustos y las flores. A medida que transcurre el día, los tesoros recogidos, como caracoles, huevos, frutas y verduras, se convierten en los ingredientes de la comida.
Junto con la familia local, prepararás un festín con estas delicias locales conseguidas con tu trabajo y esfuerzo. Terminarás el día disfrutando del espíritu de Creta, del raki y, por qué no, cantando sus mantinades, unas tradicionales coplas cretenses que expresan sentimientos sobre la vida cotidiana de ahí.