El Museo del Chocolate es un proyecto dinámico impulsado por el Gremio Provincial de Repostería de Barcelona y situado en el antiguo convento de Sant Agustí.
El museo propone un recorrido por los orígenes del chocolate: su llegada a Europa y su distribución como elemento situado entre el mito y la realidad, sus propiedades medicinales y su alto valor nutricional, su vínculo entre tradición y futuro, y su integración en el imaginario colectivo.
El museo ocupa un edificio histórico que tuvo relación con el chocolate en el pasado. En el siglo XVIII, el ejército borbónico era un fanático consumidor de chocolate y, según las ordenanzas de la época, este producto debía estar presente en los menús de las academias militares del siglo XVIII: "Para desayunar, a cada cadete y oficial de compañía se le dará una onza y media de chocolate acompañada de un cuarterón de pan...". Cuando las tropas guarnecían los cuarteles, el chocolate también era un alimento habitual en la mesa. Al cuerpo de alabarderos, guardia personal del monarca, se le conocía con envidia como "los chocolateros" ya que, al tratarse de un cuerpo de élite, a sus miembros se les permitía comer grandes cantidades de chocolate.
Desde la era de los descubrimientos, en el siglo XV, el chocolate ha tenido un papel destacado en el tejido económico y social de Barcelona. De esta manera, el puerto de Barcelona funcionó como punto de partida para la comercialización y distribución del chocolate por toda Europa.
Además, se cree que el primer artesano que transformó el chocolate líquido en un producto sólido vivió en la ciudad a finales del siglo XIX.
La iniciativa del Gremio Provincial de Repostería de Barcelona de promover el Museo del Chocolate forma parte de su voluntad por innovar y modernizar este sector basado en la tradición.